domingo, 27 de noviembre de 2011

Octava Entrada

Eran las ocho de la noche cuando de repente comenzó a sonar la alarma de la bodega en la que nos encontrábamos. Al momento nadie sabía lo que estaba sucediendo, pero no parecía nada bueno. Fue después de algunos segundos cuando se nos informó lo que estaba sucediendo. Cientos de soldados se dirigían a nuestro refugio y era solo cuestión de tiempo para que llegaran. Si no queríamos ser exterminados, teníamos que abandonar el lugar lo antes posible.
No paso mucho tiempo, cuando de repente se escucharon algunos disparos. No había tiempo para huir, estábamos totalmente rodeados. No pusimos resistencia y nos entregamos, debido a que nos superaban en número y contaban con mejores armas. Nos subieron a unas camionetas, mientras no paraban de golpearnos. Mi ojo derecho estaba inflamado y chorros de sangre me brotaban por la boca y la nariz.

Después de varios minutos llegamos a un campo de concentración, en donde había más prisioneros mexicanos esperando su turno para ser asesinados. Mi visión era casi nula, pero aun así logré distinguir de entre la multitud a mi padre y a mi madre.
Por un momento se me olvido la golpiza que me habían dado y corrí a abrazarlos. Después de semanas de no verlos por fin los tenía a mi lado. Pero aun no terminaba esto. Solo nos quedaba poco tiempo antes de que nos mataran.
Mientras transcurría el tiempo se acercaba más la hora de nuestra muerta. Un soldado se acerco a mí y me ordenó que me pusiera pecho tierra y que colocara mis manos sobre mi nuca; Saco su pistola y cuando se disponía a dispararme. Una bala le perforo la cabeza y cayó muerto a mi lado.
Era Héctor y otros compañeros de la universidad, que venían a rescatarnos. Después de varios minutos de intenso combate logramos vencer a los norteamericanos: por fin todo había terminado.
Con el transcurrir de los días, se informó en los medios de comunicación, que los soldados estadounidenses abandonarían México. Mi familia y yo, hemos regresado a nuestra casa, que por fortuna no sufrió ningún daño a causa de la guerra.
Han pasado un par de meses desde que concluyo todo y por fin he vuelto a la escuela. Me alegró mucho volver a ver a mis compañeros y saber que todos se encontraran bien.

No hay comentarios:

Publicar un comentario